Tal vez una de las cosas más difíciles de hacer para alguien que no cree en lo sobrenatural es afrontar situaciones que normalmente requieren de alguna actitud o palabra basada en lo trascendente del ser humano. No es que no se pueda hacer, sino que pienso que estamos tan acostumbrados a ver este tipo de expresiones que a veces tenemos que buscar bastante para encontrar las palabras adecuadas a nuestra situación.
Decir adiós es una de ellas. Decir adiós a alguien que ha sido parte de tu vida por bastante tiempo. A alguien que ha sido parte importante de tu vida y cuya falta crea un vacío en la percepción que se tiene de nuestro alrededor. El despedirse es triste, pero la mente lo asimila eventualmente, y creo incluso que más fácilmente al entender que este tipo de cosas pasan. Sin embargo, a pesar de lo mucho que uno lo asimile, aún queda esa tristeza de algo que fue y que no será más hasta quizás algunos años en el futuro, si es que vuelve a ser. Particularmente, se siente como una astilla que está ahí, que te deja moverte y hacer las cosas que normalmente haces, pero sabes que está ahí y que te lo recuerda dolorosamente cuando se toca el área afectada.
Tanto o más difícil es creo el poder decir las palabras adecuadas. Obviamente no puedo decir "Ve con Dios", por razones obvias. tampoco me nace decir "Que tengas suerte" pues pretender que la suerte tiene algo que ver en el éxito de la gente es un tanto insultante. "Que te vaya bien" no suena mal, aunque es bastante genérico; es algo que le dices a un desconocido. Tal vez lo más apropiado sea "Que tengas éxito en todo lo que te propongas", pues es algo concreto y que depende totalmente de la persona. Es como decir, "confío en ti y en que puedes realizar todo lo que te propongas."
Qué jodido se hace a veces no creer en lo sobrenatural y lo esotérico.
Eso es algo que a veces llamo la gran "desventaja" del ser ateo (resalto las comillas, ojo). En momentos como el que estás pasand, que asumo difícil de hacerle frente, o en los momentos de gran desesperanza, los creyentes tienen ese adicional que significa el aferrarse a algo sobrenatural o divino que, contra toda lógica, le definición su problema. Los no creyentes, en cambio, no podemos gozar de ese "privilegio". Ello, sin embargo, termina siendo positivo para nosotros porque desarrolla en cada uno una fortaleza qué nos hará saber afrontar nuevas dificultades en el futuro.
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