El video de marras
Aparentemente, pensé mal.
No tardaron en llegar furibundos ateos que, revolcándose en su indignación como puercos en el barro, asumían que se trataba de un video hecho por creyentes para así predicar las mejores formas de fastidiar a los ateos. No llegaron al punto 4,“inventar estadísticas”, ni se pusieron a pensar si un cristiano habría escrito algo como eso. Pareciera que ni siquiera llegaron al punto 9, “inventar matemáticas erróneas”, o al 10, “beberse la última cerveza del refrigerador”, o quizás lo hicieron, pero prefirieron dar paso a la fantasía de tener ante sí un intento por molestarlos.
En un principio pensé cambiarle el nombre al video y poner algo más obvio. Sin embargo, el hacerlo sería admitir una realidad que, aunque fea, sigue siendo realidad: que los ateos también podemos comportarnos estúpidamente y reflejar una menor actividad cerebral:
La ciencia del sarcasmo
El sarcasmo parece ejercitar el cerebro más de lo que las declaraciones sinceras lo hacen. Los científicos que han monitoreado la actividad eléctrica en el cerebro de sujetos de prueba expuestos a declaraciones sarcásticas han encontrado que nuestros cerebros tienen que trabajar más para entender el sarcasmo
Ese trabajo extra puede hacer a nuestros cerebros más agudos, de acuerdo con otro estudio. Estudiantes universitarios en Israel escucharon varias quejas al servicio al cliente de una compañía telefónica. Los estudiantes pudieron resolver mejor los problemas creativamente cuando las quejas eran sarcásticas en lugar de simplemente molestas. El sarcasmo “parece estimular el pensamiento complejo y atenuar los efectos negativos de la ira”, de acuerdo con los autores del estudio.
Es difícil describir el ver como los comentaristas se llenaban la boca de “razonamiento”, “lógica” y otras cosas más, cuando era evidente que no habían hecho más que dar rienda suelta a su bilis y ladrado lo primero que les salió del hígado. Es una especie de vergüenza ajena combinada con la molestia que te causa el ladrido del perro ante las hojas que mueve el aire. Y obviamente, todo ello combinado muchas veces con una pésima ortografía y gramática.
También tenía al ocasional creyente que entendía el video y empezaba a explicar por qué Dios existe, y que nos ama a todos, y en fin, la típica sarta de insensateces con que quieren convencerlo a uno que crea. Pero esos no me sorprenden mucho, pues ya estamos acostumbrados a ellos.
Personalmente, el ser ateo me parece estar en un constante proceso de cuestionarse lo que uno piensa. Dado que no tenemos un pastor, un cura, o un libro sagrado que haga ese trabajo por nosotros, es a uno a quien le toca detenerse y pensar “¿Es correcto lo que estoy haciendo?” Más aun si es que se está a punto de reaccionar biliosamente. Pienso que parte del problema se debe a lo fácil que es ahora comunicarse, ya sea a través de un video o una imagen, sin que haya necesidad de pensar mucho para entender un mensaje. Pero eso no es razón para reaccionar por simple instinto a cada cosa que uno ve. Si en verdad pretendemos representar el uso de la razón y el escepticismo, hay que empezar por uno mismo.
A final de cuentas no le cambiaré de nombre al video. Seguirá ahí recordándome lo fácil que puede ser para alguien que habla de lógica y razón comportarse tonta e impulsivamente.
No comments:
Post a Comment
Blasfema libremente