Cuando se habla de religión, lo ideal es poder criticar ésta sin necesidad de vulnerar los derechos de sus practicantes. El problema aparece cuando los creyentes piden el derecho de ser intolerantes con otros grupos. En su día lo fueron los negros, hoy en día lo son los gays. Y si hay algo más indignante que ver a un grupo de personas basarse en una fantasía para poder discriminar al otro, es el verlos, tanto a estos como a politicamente correctos liberales multiculturales, que al no tolerar su intolerancia, estamos siendo intolerantes.
Un ejemplo concreto es la situación de Chick-Fil-A.
Nunca he comido en Chick-Fil-A. No me gusta el pollo.
Chick-Fil-A es una cadena de restaurantes de pollo estadounidense (como KFC). Chick-Fil-A es una empresa privada cristiana, tan cristiana que cierra los domingos por razones puramente espirituales. Ahora, eso no tiene nada de malo realmente. Pero al mismo tiempo, Chick-Fil-A es tan cristiana que se opone al matrimonio homosexual, y colabora constantemente con lobbies y campañas en contra de éste, como la propuesta 8 en California.
Y aquí es donde se define el límite.
Cualquiera es libre para encontrar desagradable a un grupo de personas, pero el participar en campañas para negarles los derechos que se merecen ya puede ser considerado intolerancia. Lo cual no es má que otro nombre para "odio", tan solo que suena más formal.
Dice Dan Cathy, jefe de operaciones
“Apoyamos mucho a la familia, la definición bíblica de familia. Somos un negocio de familia y dirigido por una familia, y estamos casados con nuestra primera esposa. Agradecemos a Dios por eso… Queremos hacer cualquier cosa que podamos para fortalecer las familias. Estamos muy comprometidos en eso” enfatizó Cathy. “Intentamos seguir el camino, “ dijo. “Sabemos que puede que no sea popular con todos, pero gracias al Señor, vivimos en un país donde podemos compartir nuestros valores y operar con principios bíblicos.
Es decir, la misma recatafila de apología a la "familia tradicional", la cual no es más que la familia que no calza con los actuales ideales de lo que para algunos es familia. Amparados en la Biblia, estos tipejos pueden justificar cualquier estupidez sin importar cuán ignorante sea o cuánto daño haga otros y encima, pidiendo, si no exigiendo que se respete tal postura.
Cathy además añade que tal postura puede no ser muy popular, como si fuese algo malo. Obviamente no va a ser popular, en especial entre aquellos que toman conciencia de que los gays, por distintos que sean, tienen todo el derecho de ser tan felices como cualquier otra persona. Cathy y el resto de creyentes que van por ese mismo camino creen que es algo digno de admirar el empecinarse en esa postura con la excusa de defender sus "valores".
Ahora, esto es muchas veces la mitad del problema. La otra mitad llega con los políticamente correctos que pretenden que nadie critique a nadie y que todo aquel que lo hace puede ser considerado intolerante. Son los mismos que no se atreven a criticar las políticas de los países musulmanes donde la mujer es un ciudadano de segunda clase, por más feministas que se comporten para con los países de occidente.
Parafraseando a Ayaan Hirsi Ali, tolerar la intolerancia no es intolerancia, es simple y llanamente cobardía.
Como es de esperarse, los representantes de la derecha cristiana estadounidense salieron a apoyar a Chick-Fil-A.
Sarah Palin, ex-gobernadora de Alaska y candidata de la derecha dura para vice presidenta en el 2008 demostrando que sigue siendo igual de intolerante que siempre. Por su parte, Mike Huckabee y Rick Santorum, ambos candidatos a la presidencia en el 2008 y 2012 respectivamente (ambos fuertemente religiosos, obviamente), urgieron a sus seguidores el ir a comprar a Chick-Fil-A.
Por otro lado, el comediante Jon Stewart comentó magníficamente las palabras de Cathy.
Estoy de acuerdo con este hombre que hace deliciosos sandwiches. Es por eso que, como cultura, hemos siempre definido el matrimonio como está en la biblia. “Si dos hermanos están viviendo juntos y uno de ellos muere sin dejar un hijo, la viuda no debe casarse fuera de la familia. Su cuñado deberá casarse con ella y cumplir los deberes de cuñado con ella. Deuteronomio. Es así como lo definimos. Esperen, si un hombre se encuentra con una virgen que no ha sido comprometida y la viola y son descubiertos, le deberá pagar a su padre 50 monedas de plata. No es un atorrante! Deberá casarse con la joven pues la ha violado y nunca deberá divorciarse de ella mientras viva. Matrimonio!
La intolerancia justificada en las escrituras y en la religión acabarán con este asunto. Pero a través de los años ese respeto indebido que se le tenía a lo sagrado ha ido ciertamente retrocediendo. Y es por eso que este tipo de criticismo es útil.
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