Ya se hacía esperar el pastor que dijese que el terremoto de Japón es un castigo de Dios

Como es clásico cuando pasa una desgracia y las autoridades religiosas más despreciables quieren jalar agua para su molino, no faltó quien le achacara el desastre de Japón al alejamiento de Dios.

"Ya saben, si se alejan de mí, mato indiscriminadamente
a más de 10,000 personas"

Como sabrán, hace un par de días, Japón sufrió el terremoto más devastador de su historia. Seguido por un tsunami que devastó lo poco que quedaba en pie en las ciudades más cercanas a la costa donde fue el epicentro. Y finalmente, todo esto causó que algunos reactores nucleares fallaran y amenacen con lanzar al aire partículas radioactivas.

En fin, una verdadera desgracia para el Japón. Tengo algunos amigos allá y definitivamente no se me ocurre lo mal que podrían estarla pasando.

Bueno, al igual que con Haití, y Nueva Zelanda, no faltó el religioso pastor que afirmó que esta desgracia era causada por el alejamiento de la gente a Dios:

Pastor es criticado por comentarios sobre terremoto

Un pastor bastante conocido ha causado gran controversia al describir el último terremoto de Japón como un aviso de Dios para "una nación de idólatras"

Las controversiales declaraciones del reverendo Cho Yong gi, pastor emerito de Yeouido Full Gospel Churchle trajo fuertes críticas de parte de grupos cívicos y usuarios de internet que piden que el pastor sea reasignado y ofrezca una disculpa a las víctimas del terremoto

Creo que ya he dicho esta en anteriores ocasiones, pero siempre es bueno recordarlo. El pastor habla con la autoridad que le da su oficio. Muchos cristianos podrán molestarse y decir que este pastor no está verdaderamente predicando la palabra de Dios, pero no tienen ninguna forma de comprobarlo. Quienes estén de acuerdo con Cho pueden arguir que los que lo critican tampoco son verdaderos cristianos, sino gente "tibia" que no sabe interpretar el mensaje de Dios.

Es por esto que creer en un religión depende tanto de la interpretación que se haga de la doctrina. Y es por eso que nunca, nunca, vamos a saber exactamente qué es lo que quiere Dios. Y si hablamos de un Dios que nos ama y que interviene en nuestros asuntos, basta con mirar toda la destrucción en Japón y en general, la miseria en tantas partes del mundo para darse cuenta que, o no existe, o no le importa nada lo que pase aquí, o que es un atorrante que se divierte viéndonos sufrir.