A mi parecer, el principal motivo de esta “guerra civil” es el “ustedes contra nosotros” que se produce entre aquellos que se reconocen como ateos y agnósticos. Por lo general se cree que estos términos son excluyentes, cuando en realidad no es así, pero debido a esa diferencia de pareceres, tenemos expresiones tipo “los ateos son hipócritas por afirmar algo sin pruebas” o “los agnósticos son iguales que los creyentes por considerar la posibilidad de un Dios”. Y todo eso sazonado con puyas e insultos que no hacen nada para hacer un mundo más secular y mejor para el futuro. Un "Mexican Standoff" en donde el arma de cada uno apunta al otro no hace más que dejar heridos y, lo que es peor, no resuelve ninguno de los problemas iniciales.
Hacía tiempo que tenía pensado escribir sobre el tema, pero decidí hacerlo hoy gracias a este texto que, largo pero eficiente, supo esclarecer varias cosas que necesitan ser dichas y ojalá entendidas para una comunidad atea más sólida. Si algo he aprendido de las organizaciones ateas estadounidenses es que el separarse en subgrupos es insultar al resto no logra conseguir mucho en el mundo real. Pero unidos todos ya es más fácil poner un cartel o poner un nombre a una carretera y en general, lograr ser más conocidos.
Uno de los organizadores ateos que más ha luchado por un mundo más secular es Dan Barker, actual co-presidente de la Freedom From Religion Foundation. Barker pasó de ser un predicador evangélico, tan fundamentalista como se pueda imaginar, a liderar una de las mayores organizaciones ateas de los Estados Unidos, lo cual no es poca cosa. Barker ha salido de lo más profundo del abismo para convertirse en un activista y autor que realmente vive sus ideales. En su libro “Godless” Barker explica la controversia entre ateísmo y agnosticismo de una forma bastante clara:
La gente se sorprende al oírme decir que soy tanto un ateo como un agnóstico, como si esto de alguna forma debilitara mi certeza. Usualmente respondo con una pregunta como “Bueno, y tú, ¿eres estadounidense o republicano?” Las dos palabras sirven para diferentes conceptos y no son excluyentes la una de la otra. El agnóstico dice “No tengo conocimiento de que Dios exista”. El ateo dice “Yo no creo que Dios exista”. Uno puede decir ambas cosas al mismo tiempo. Algunos agnósticos son ateos, y otros, teístas.Esta es la forma más clara en que se puede resumir el significado y comparación de ambos términos.
El agnosticismo es el negarse a tomar como hecho cualquier afirmación para la cual no haya suficiente evidencia. Puede ser aplicada a la ciencia, a los extraterrestres, a la política, a la historia, aunque más comunmente es usado en un contexto religioso. La palabra “agnóstico” fue creada por Thomas Huxley, quien añadió el prefijo a- (sin, que no tiene) a “gnóstico”, el cual viene del griego “gnosis” (conocimiento). Una falacia común hacia el agnosticismo es que se encuentra a la mitad, entre el teísmo y el ateísmo, pero no puede ser posible, puesto que se mueve en un area distinta. Si a la pregunta “Crees en Dios” respondes “Sí” (sin importar la definición de “Dios”) entonces eres un teísta. Si no puedes responder que sí, entonces eres un ateo, aquel que no tiene creencia en Dios.
Pienso que la idea (errada) de que al agnosticismo es estar a mitad de camino entre el teísmo y el ateísmo sea gran parte del problema. Como se dijo anteriormente, estos términos se mueven en dos campos distintos y no en una sola linea. Un agnóstico no es ateo cobarde o mal informado, sino uno que se centra en que no puede afirmar con seguridad la no existencia de un Dios, pero que en la práctica es por lo general, un ateo más.
Otra falacia es que los agnósticos afirman no saber nada, haciéndolos iguales a los escépticos, del tipo de Hume, quien dice que nada puede saberse con certeza que exista fuera de la mente. Aunque pueda haber unos pocos que sigan empujando la filosofía hasta su límite más extremo, la mayoría de agnósticos contemporáneos sí afirman saber varias cosas que están corroboradas por la evidencia. Ellos pueden tener fuertes opiniones e incluso tomar posturas en asuntos controversiales, pero no dirán que algo es un hecho si es que esto no tiene datos que lo apoyen o haya datos que los contradiga. El agnosticismo es sensible.Tal vez el estereotipo de agnóstico que muchos se creen (Strawman fallacy sería su nombre como falacia) es que el agnóstico solo afirma que no sabe. Decir algo así es como decir que los ateos creen que todo salió de la nada, es decir una representación falsa de las ideas del otro a las cuales uno se aferra para desacreditarlo. Como dice Barker, habrán algunos agnósticos ultrafilosóficos que llegarán a ese extremo, pero la gran mayoría son, en la práctica, tan ateos como aquellos que los insultan. Es más, grandes personajes se han reconocido como agnósticos sin que eso quite su valor y su aporte a la ciencia.
Hasta ahí Barker acaba de definir lo que es ateo y agnóstico y pasa al asunto de la moral dentro del ateísmo:
Resulta que el ateísmo es mucho menos de lo que yo había pensado. Es simplementre la falta de teísmo. No es una filosofía de vida y no ofrece ningún valor. No predice nada en cuanto a la moral o a los motivos. En mi caso, convertirme en un ateo fue algo positivo, fue el quitarme un peso negativo de falacias religiosas, y eso es como tener una gran deuda cancelada. Me trajo de nuevo a cero, en donde mi mente estaba libre para pensar. Aquellos ateos que van más allá de cero, que quieren depositar algo de dinero en el banco (y creo que la mayoría lo hace) adoptarán una filosofía positiva, ya sea humanismo, feminismo, u otro sistema ético naturalista. O promoverán la caridad, filantropía, aprendizaje, ciencia, belleza, arte, todas aquellas actividades humanas que engrandecen la vida. Pero para ser ateo no necesitas una filosofía positiva o ser una buena persona. Eres ateo si no crees en Dios.
Este magnífico texto de Barker pone en evidencia dos cosas. En primer lugar, que el agnóstico y el ateo no son necesariamente términos excluyentes, por lo que no hay razón para tener al uno contra el otro como si la filosofía de uno fuese mejor que la del otro. Compararlas es dejar de entender lo que realmente son para simplemente entender lo que uno quiera, generalmente para poder sentirse superior al otro, y muchas veces, poder decir que fulano no es un verdadero ateo, o un verdadero escéptico, cayendo así en la falacia del verdadero escocés. Los autodenominados ateos y agnósticos no somos tan distintos, y aun si lo somos, las metas prácticas que tenemos son generalmente las mismas.
En segundo lugar, Barker deja en claro que ser ateo no es necesariamente ser una buena persona, y que ateo es aquel que simplemente deja de creer en Dios. Algo que en su caso y en el de muchos de nosotros que dejamos de ser creyentes, fue el quitarnos un peso de encima, quitarnos una rémora que no nos dejaba percibir la realidad como en verdad es. Pretender que solo son ateos aquellos que se adhieren a una particular forma de pensar del que habla no es más que “sectarizar” el movimiento ateo, y lo que es peor, cerrar posibilidades de diálogo y de acciones que podrían llevarse a cabo y mejor cuando hay más personas envueltas.
En el tiempo que he estado envuelto en el ambiente ateo de los Estados Unidos he logrado ver algo que distingue mucho a los ateos estadounidenses. Estos no se centran solo en el concepto de ateo, sino que se concentran en lo que pueden hacer. Es por eso que se encuentran grupos con nombres que incluyen no solo “ateos” y “agnósticos”, sino “escépticos”, “librepensadores”, “humanistas seculares”, etc, que son palabras que atraen a más gente y no alienan a quienes por alguna razón u otra no quieran otras etiquetas. Y son estos grupos los que logran poner anuncios en los buses, en las avenidas, organizar convenciones y otros eventos, etc.
Un buen ejemplo de esta unión a pesar de la disparidad de pensamientos es este:
Aquí Bill Maher acaba de recibir el Richard Dawkins Award de manos del mismo Dawkins. Este premio se entrega a quienes han contribuído de manera excepcional a incrementar el conocimiento científico y una filosofía atea. Maher cumple esos requisitos. Sin embargo, Maher también está en contra de las campañas de vacunación, cosa que Dawkins y varios otros ateos reconocidos deploran. Aun así, Dawkins y Maher pudieron verse las caras, saludarse y conversar civilmente sobre las metas que tienen en común. Siendo ellos grandes referentes en lo que a ateísmo se refiere, creo que podría ser muy útil si adoptamos no solo sus formas de pensar, sino sus formas de actuar para con los demás.
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