Si esto es una blasfemia, que Dios baje y me lo diga

Estoy seguro que él/ella/eso no lo hará puesto que probablemente no le interesa, o no puede, o simplemente no existe, que es lo más lógico.

Un pasaje al infierno nunca fue tan divertido

El problema con la blasfemia es que puede ir desde trabajar los domingos hasta aventarse contra el Papa (lo cual, tengo que admitir, es hasta cierto punto gracioso), dependiendo de cuan insensatas sean las creencias de la gente. Depende de aquellos que acusan a otros de ser blasfemos, puesto que Dios no va a bajar a decirnos exactamente qué cosa lo ofende.

Tan solo consideremos el castigo divino por creer que Jesús murió
para que un patético equipo de baseball pueda ganar la serie
mundial una vez en un siglo

Más aun, si consideramos que un ser omnipotente y omnisapiente puede ofenderse por algo que nosotros, humanos imperfectos, pudiéramos hacer, definitivamente estamos ante un dios pequeño y miserable que necesita que otros seres imperfectos lo defiendan.

Aparentemente Allah se encuentra aterrorizado por las blasfemias de occidente

En otras palabras, la blasfemia no se trata de lo que Dios quiere o lo que a Dios no le gusta, sino de lo que sus fans, por lo general fanáticos e intolerantes, quieren o no les gusta, y que no aguantan ver sus insensatas creencias siendo ridiculizadas, o simplemente criticadas y cuestionadas por motivos bastante concretos. Esto es lo que sucede cuando la fe pretende alzarse por encima de cualquier otra cosa en la vida de una persona. Mientras más fanático se sea, mientras más inundado por la gracia de Dios uno esté, más posibilidad de ser salvo, ese es el mensaje que la religión nos da.

"Señor ¿Cómo se dice "libertad de expresión en árabe?"
"Al Blasfemia"

Y en base a ese desmedido fanatismo tan alentado tenemos fieles creyentes como este:

Detenido un joven que planeaba atentar contra los manifestantes laicos

José Pérez Bautista, un estudiante de química orgánica en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), de 24 años y nacionalidad mexicana, ha sido detenido este martes por la mañana en el centro de Madrid, después de que agentes de la Comisaría General de Información descubrieran que tenía intención de atentar contra personas que se oponen a la visita del Papa durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que se celebra en la capital.

Fuentes de la Comisaría General de Información destacaron que en los últimos días este hombre había participado en foros de corte ultraconservador y de seguidores acérrimos del cristianismo. En sus participaciones no evitaba calificativos muy despectivos contra las personas que se oponen a la visita del Papa. Afirmaba que había que acabar con ellos lo antes posible y que para ello bastaba con fabricar gas sarín —un gas letal que se utilizó en el atentado en el metro de Tokio— con el que se mataría a 200 o 400 personas de una sola vez.

Ciertamente, ya se siente la presencia del Papa en España, quien, siendo el mayor representante de la iglesia católica y con toda la reverencia que esta exige, no falta quien vea como su santo deber el poner fin a quienes critican a su iglesia y a su pastor.

Ahora añadamos a esa ecuación lo políticamente incorrecto que es el criticar a la religión, en especial cuando se toma como un ataque a la libertad religiosa de una persona. Más aun, consideremos el horror que se produce cuando hablamos de la libertad religiosa de alguien que no sea blanco o cristiano, generalmente un extranjero venido de tierras lejanas con una cultura milenaria, puesto que el criticar eso puede ser considerado “racista” o “xenófobo”, aun cuando vaya en contra de todos los valores que la sociedad occidental a trabajado para obtener en materia de igualdad y derechos humanos y que se mantiene en un delicado balance. Siendo así no faltarán países que promulguen leyes contra la blasfemia.

En realidad ambos podrían ser considerados "arte" (ahora que cualquier cosa lo es),
pero debido a los engreimientos del Islam, si a ellos les toca, es discriminación

Afortunadamente aun existe esperanza, puesto que las Naciones Unidas, quienes antes apoyaron una ley anti-blasfemia, hoy reconocen que la libertad de expresión de unos no puede ser amenazada por lo ue otros perciben como libertad religiosa.

Las Naciones Unidas afirman el derecho humano a blasfemar

A fines del mes pasado, las Naciones Unidas publicaron un nuevo comunicado sobre la cobertura de la libertad de expresión bajo la ley internacional. Dice que las leyes que restringen la blasfemia como tal son incompatibles con los estándares de derechos humanos universales.

Así, por ejemplo, sería impermisible que cualquiera de dichas leyes discriminara a favor o en contra de ciertas religiones o sistemas de creencias, o de sus adherentes sobre otros, o de los creyentes sobre los no creyentes. Tampoco sería permisible que dichas prohibiciones sean usadas para castigar el criticismo de los líderes religiosos o comentarios sobre la doctrina religiosa o las doctrinas de la fe.

Los creyentes por lo general tienen su libertad religiosa para insultar a los gays, a los no creyentes e incluso, a otros grupos religiosos, pero arman tremendos berrinches cuando alguien se atreve a señalar su hipocresía e intolerancia. El único “pero” que puedo tener para con este asunto, es que toda blasfemia debería ser hecha de una forma sutil y con cierto tacto. No es lo mismo decir “La única iglesia que ilumina es la que arde” que decir “Que le den a Jesús por el culo”.

Estas imágenes podrán ser blasfemas, pero son lo máximo

Afortunadamente, la influencia en la religiosidad de al gente y en las instituciones públicas tiende a descender. Un mundo mejor es posible.