Hace unos días la actriz turca Sila Sahin, para demostrar cuan libres son las musulmanas, decidió posar desnuda para Playboy.

"Lo hice porque quería ser libre al fin. Estas fotos son la liberación de las restricciones de mi infancia", señaló Sahin, quien proviene de una conservadora familia turca.
Sin embargo la idea solo pareció alcanzar a las jóvenes musulmanas, pues a su conservadora familia le sentó muy mal el que Sila haya posado desnuda. Pero ahí no quedó la cosa, sino que la comunidad musulmana en Alemania (donde Sila radica y trabaja como actriz en una telenovela) tampoco la vio con muy buenos ojos.
Sila dice "Por mucho tiempo traté de hacer todo bien. Quiero que estas fotos muestren a las mujeres turcas que está bien vivir de la forma que elijan". Al haber ahora roto esa tradición, ha sido tratada como una paria por su familia. Qué linda familia y qué linda cultura, ¿no?
Esto es lo que pasa cuando un pueblo azuzado por su religión pone el honor entre las piernas de sus mujeres. Sus cuerpos le pertenecen a todos menos a ellas, y muy frecuentemente quienes se supone deben apoyarlas terminan siendo más un problema que una solución, o siquiera, una parte neutra.
En cuanto a los comentarios que han aparecido, estos van desde acusarla de avergionzar a las mujeres musulmanas hasta calificarla de prostituta. Incluso hay quienes le avisan que se cuide.
Y como broche de oro, la Comunidad Islámica Alemana ha llamado a su adherentes a que boicoteen su programa.
La joven relató que debido a su educación, en la que no le permitían arreglarse
mucho ni tener amigos hombres, desarrolló un gran deseo de libertad y
tras la sesión fotográfica se siente como el 'Che' Guevara.
Sila se ve feliz. Tal vez sea una excelente actuación, pero es evidente que lo que hizo fue porque ella así lo deseaba. Pero cuando hablamos de una religión que inspira una cultura de represión y sumisión, esos deseos no pertenecen a la persona, sino que están sujetos a anacrónicas leyes y costumbres que ahora, por más que se horroricen los liberales, son pura basura.
Ciertamente hay buenas personas que practican la religión musulmana, eso es innegable. Pero también hay quienes en nombre de esta misma religión cometen las mayores atrocidades. Y más aun, en lugares donde el Islam no tiene quien lo detenga, los derechos humanos, especialmente de las mujeres y los homosexuales, pueden verse bastante vulnerados. Así que no se puede hablar solamente de unos cuantos individuos, sino de sociedades enteras en donde el status quo tiene a la mujer un escalón más abajo que el hombre.
Al desnudarse, Sila no le hace daño a nadie, más que a aquellos que simplemente desean verse ofendidos cuando no todos se comportan de acuerdo a sus caprichos. Si así como se critica a los cristianos cuando se comportan de esa manera, se criticase a los musulmanes, sin importar los quejidos pro-multiculturales, otra sería la realidad.
Por último, para quienes desean ver las fotos de Sila, pueden darse una vuelta por El Blog de Shigure.