Y me gustó
Por supuesto, no fue una ocasión “normal.” El hermano de una de las amigas de mi hermana había muerto hacía un mes, y esa misa era en recuerdo de él. El chico tenía 17 años cuando murió luego de una batalla de 2 años contra el cáncer. Fue recordado por su familia y amigos como un muchacho valiente y amigable
Yo no lo conocí, así que no tengo idea de qué tipo de persona habrá sido. Pero por lo que cada persona dijo de él y por las fotos que se mostraron, puedo inferir que se trataba de una buena persona. Su hermana, la amiga de mi hermana, es una chica bastante agradable e inteligente (va a la universidad de Berkeley), a pesar de que no he hablado mucho con ella, Pero es una amiga de mi hermana, y eso cuento, ya que esta no acepta a cualquiera dentro de su círculo.
Bueno, ahí estaba yo ante la perspectiva de que tendría que conducir por hora y media para llevar a mi madre a la misa (ella era la invitada). En mi familia decimos que si yo entro a una iglesia, voy a empezar a sufrir convulsiones y eventualmente arder en llamas. Esto es porque las misas normales me parecen increíblemente insensatas y ridículas, debido a los rituales, el auto-desprecio y el mito sobrevalorado. Pero esta vez la idea era el confortar a una familia que había perdido a un miembro.
Yo no tengo ningún problema con eso.
Tengo que admitir que no soy muy bueno al tratar de reconfortar a gente con quien no soy muy cercano. Por lo general pienso en una frase adecuada, pero cuando la digo, suena extraña. Al menos me pareció que sonó extraño cuando la dije. En mi defensa puedo decir que era totalmente sincera, y que en verdad siento el ver el dolor por el que pasa esa familia y en especial la amiga de mi hermana.
Por supuesto, más de una vez pasó por mi cabeza el que cómo es posible que un Dios sea tan pendejo como para dejar a un chico morir luego de dos años de batalla contra el cáncer, cáncer que al final venció, pero murió de algo más. En verdad, un dios que permite tal cosa tiene que ser el tipo más hijo de puta que haya existido. Eso pensaba mientras oías los pasajes bíblicos y las menciones a un dios todo amor, omnipotente y omnisapiente. Supongo que quienes estaban allí pensarían que al hacer todo eso encontrarían algún tipo de conforte al dolor que estaban sintiendo.
Yo llegué a una conclusión distinta. Al final concluí que el universo es un lugar oscuro y frío al cual no le importamos. Vivimos, sufrimos, gozamos y morimos, y a nadie fuera de este planeta le importa. Es por eso que somos los responsables de nuestra propia felicidad como especie. Nadie nos ama o nos muerta la “verdad” sino nosotros mismos. Es agradable pensar en un dios que se preocupa por nosotros, pero si es así, hace un pésimo trabajo demostrándolo.
Estamos aquí y ahora. Eso es lo único que tenemos. Hemos de usar este tiempo para ser lo mejor que podamos ser ante nosotros y ante el resto. Suena aclichesado y hasta cursi, pero es lo mejor que tenemos.
No es tanto que al universo no le importemos o que estemos solo o algo así. La pregunta que yo haría es, ¿por qué debería ser de otra forma? La verdad creo que este tipo de sentimientos de soledad y abandono son el resultado del enorme orgullo humano. De esto, desde luego, tambien resulta la religión. Mejor dicho, nos creemos tanto que esta vida no es suficiente sino que tenemos que vivir "por los siglos de los siglos". Somos tan engreídos que nos inventamos dioses que nos cuidan todos los días, que nos llevan por el camino correcto y que incluso ayudan a que nuestro equipo de futbol gane el domingo. La arrogancia humana es la apoteosis de la estupidez. ¿Por qué nos cuesta tanto aceptar que simplemente somos un accidente más en miles de millones de años, tan probable como una bacteria, un dinosaurio o un delfín?
ReplyDeleteLa razón, parece, más que permitirnos a entender, nos ha permitido ser estupidos y nos ha hecho buscar explicaciones fantásticas donde un largo proceso de ensayo y error es el que tiene las respuestas.
Me gustó tu escrito.
Interesante forma de ponerlo, ciertamente no es algo que yo vaya a refutar pues al fin y al cabo, acabamos con el mismo resultado, que estamos solos. Si nos preguntamos, por qué deberíamos importarle a algo más grande allá arriba, es porque asumimos que eso nos creó y tiene cierto interés en nosotros. Y es ahí donde pueden entrar las palabras de Stephen Hawking, de que al ver la vasta inmensidad del universo, es errado y, según lo veo yo, arrogante, el pensar que le importamos a alguien.
ReplyDeleteSaludos y gracias por comentar.