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Friday, October 1, 2010

666, el Número de la Bestia y Dragon Ball

Woe to you, oh earth and sea For the Devil sends the beast with wrath Because he knows the time is short Let him who hath understanding Reckon the number of the beast For it is a human number Its number is six hundred and sixty six

Anoche la página de Facebook de este blog pasó los 666 fans. Se me ocurrió preguntar si se debía hacer algo, a lo cual varias voces me respondieron que no, que tal número no es nada especial. Y tienen toda la razón.

Sin embargo, aunque ese número realmente no signifique nada, es algo que resalta gracias al imaginario religioso de la gente común. Y no es lo único que puede ser percibido como relacionado con lo malvado, lo satánico o lo contrario a Dios. Ese es uno de los peligros del pensamiento mágico religioso: Si hay algo que representa el bien único (Dios), debe haber algo que representa el mal único, y que está a nuestro alrededor.

Eso pasa con el bendito 666. Aparece en la biblia, la dizque palabra de Dios, identificada como el número de la bestia. Y listo, todo lo que tenga que ver con el bendito número automáticamente pasa a ser demoníaco. Y es que en el limitado razonamiento de aquel que lleva la Biblia como guía de vida, nada puede ocurrir al azar, sino debe haber sido puesto por alguien más.

Esto ha venido pasando desde tiempos inmemoriales, pero tuvo un resurgimiento cuando se estrenó “The Omen”, mejor conocida en español como “La Profecía



Además del 666, el nombre “Damián” y el Rottweiler fueron relacionados con el mal. Ese es el poder de una simple película en la mente religiosa.

Pocos años después llegaría The Number of the Beast, de Iron Maiden, los cuales ya habían atraído varias miradas con sus música, letras y portadas de discos. Dada la naturaleza de las canciones del grupo, era entendible que se hiciera una canción sobre el bendito número de la bestia. Lo que tal vez haya pasado algunos límites es la forma en que se les calificó de grupo satánico, por una simple canción.



La canción salió en 1982. Aquellos que rayan los 35 años podrán dar fe del tabú que era en aquel entonces escuchar a Iron Maiden, tener cassettes, posters o el Long Play con la carátula del diablo. Incontables historias deben haber sobre alguna madre preocupada rompiendo los tesoros de algún adolescente.

Es así como juegan la ignorancia y el pensamiento religioso. Existe algo que no se conoce, pero cuando algún tipo de información llega con el sello de Dios, entonces no deseo de investigar más. Basta con que se diga que “Dios lo dijo” para que automáticamente uno se convierta en un lemming. O un borrego, que es lo más adecuado cuando se habla de cosas como “el buen pastor”.

Yo aun no existía cuando The Number of the Beast apareció. Pero me tocó vivir algo parecido.

¿Se acuerdan de Dragon Ball? Por supuesto que sí. Mi generación creció junto a Goku, viendo sus peleas, sus victorias, sus derrotas y sus enfrentamientos contra seres cada vez más fuertes. Goku era el amigo que siempre luchaba por el bien y para ser mejor cada día. Goku era un verdadero heroe, sin capa y sin calzoncillo sobre el pantalón.

Si se acuerdan de Dragon Ball, entonces seguramente también se acuerdan de la campaña que se hizo para acusar al popular dibujo de satanico.

En aquel tiempo un panfleto estuvo circulando sobre los supuestos nexos satánicos que tenía Dragon Ball. Y al igual que Iron Maiden, innumerables señoras, profesores y autoridades eclesiásticas preocupadas pusieron el grito en el cielo, sin saber exactamente de qué se trataba Dragon Ball y aceptando de buenas a primeras la información que venía, de la misma forma que con Iron Maiden, con el sello de Dios encima.

Ese es uno de los riesgos a los que se enfrenta la sociedad cuando deja en paz a la gente creer lo que le da la gana sin decirle nada. El creer en algo divino no es inofensivo, pues nos hace quedarnos satisfechos en nuestra ignorancia, y más aun llenarla con falsedades que pueden llegar a algo más que a romper posters de grupos musicales o hacerle mala publicidad de un dibujo animado

2 comments:

  1. Ni que lo digas.
    Mi madre prohibió que viera Dragon Ball por esas creencias absurdas y así las tardes de mi niñez se volvieron, en extremo, aburridas.

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  2. La mia me comento algo parecido, pero afortunadamente para ese entonces ya habia leido de que se trataba el asunto y tenia el suficiente conocimiento de japones para saber que "sama" no tiene nada que ver con el demonio. Mis viejos entendieron rapido, aunque por un momento tambien prestaron oidos al alarmismo absurdo de los religiosos.

    Por otro lado, tenía también una tía que no se perdía un domingo en su iglesia y que también me salió con eso, que en su iglesia le habían dicho. Así pasa pues, gente ignorante que se cree cualquier cosa que el pastor le diga. Asi sean mentiras, asi sea lo mas estupido del mundo.

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"Que esté permitido a cada uno pensar como quiera; pero que nunca le esté permitido perjudicar por su manera de pensar" Barón D'Holbach
"Let everyone be permitted to think as he pleases; but never let him be permitted to injure others for their manner of thinking" Barón D'Holbach