Este blog les trajo la discordante nota de otros casos en los que los mineros murieron sin que hubiera milagro para ellos.
Y para acabar con los asuntos mineros, he aquí otro caso de mineros para quienes no hubo milagros, para quienes no hubo Dios misericordioso que los resguardara.
Tres de los cuatro mineros atrapados en Ecuador son hallados muertos
Los cadáveres de otros dos mineros fueron hallados el sábado a 150 m de profundidad en un yacimiento aurífero al suroeste de Ecuador, con lo que suman tres los muertos y un cuarto obrero sigue desaparecido, indicó un funcionario a la AFP.
No me digan que por estos tres mineros nadie rezó. No me digan que nadie puso su fe en Dios y pidió que salieran con vida. Y aun si no lo hubieran hecho, no tendría que ser necesario si estamos hablando de un Dios padre que nos cuida, como cuidó a los 33 mineros chilenos.
Ante esto, lo más lógico es concluir que la oración es por demás inútil. No hay ninguna prueba de que esta funcione más que como un placebo de que da energía y tranquilidad a quien cree en esta. Pero lo único que decidirá el éxito de una empresa es el empeño que pongan quienes la realizan, con o sin oración, y muchas veces ayudados por la tecnología (como en el caso de los mineros chilenos).
En otras palabras, si queremos que algo salga bien, se confía en uno mismo, o en la ciencia y tecnología. Confiar en Dios es básicamente dejar las cosas al azar o apostar a perder.