Escalera a la decepción

Hace algunos días recibí un correo electrónico con una presentación de Power Point adjunta sobre la “milagrosa” escalera de una iglesia en New Mexico. El texto que viene en la presentación puede ser leído en inglés en Snopes.com, la cual es hoy por hoy la mejor página web para comprobar la falsedad de las sonseras que llegan habitualmente a nuestro correo electrónico. Y sí, el “milagro” del que habla este Power Point es (para variar), ningún milagro.

El texto de la presentación habla sobre como las monjas necesitaban una escalera, rezaron, un hombre vino, construyó la escalera y desapareció.

Luego dice que la escalera no tiene soporte central, lo cual ha “asombrado a arquitectos, ingenieros y científicos.” Bueno, ese no es el caso: “La escalera tiene un soporte central [...] de las dos espirales laterales de la escalera, la interior es de un radio tan pequeño que actúa como un poste sólido.” Además, el texto menciona que la escalera no tiene clavos. Pero esto es natural, pues en el tiempo en que esta fue construida, los clavos no se usaban frecuentemente en las construcciones, lo cual hacía que los carpinteros tuvieran métodos para juntar las piezas de madera.

Allí se va un misterio por el drenaje.

El tercer misterio es sobre la madera, de la cual se dice que nadie sabe de donde vino. Eso no es totalmente cierto, pues el pedazo entregado para hacer el estudio fue más pequeño que lo usual. La madera se ha identificado como abeto, el cual tiene 10 especies en los Estados Unidos. El hecho de que no se sepa exactamente de donde viene ese abeto no significa que sea un misterio inexplicable. Si hubiese habido una muestra más adecuada habría una mejor oportunidad para encontrar de donde viene. Por supuesto, eso ayudaría a esclarecer el milagro como algo normal.

Allí se va el segundo misterio.

El único que quedaría sería el del hombre que construyó la escalera. Después que la terminó, este desapareció. Pero esto no significa, como dice el texto, que fue San José.

Más información (en inglés) en Committee for Skeptical Enquiry.

Es tan fácil encontrar evidencia que pruebe que estos , alguna vez “inexplicables” eventos, están sujetos a las mismas leyes naturales que cualquier otra cosa en el mundo. Aun así la gente que reenvía este tipo de correos (cristianos, quiénes más) no dudan en creer cualquier tipo de insensatez cuando esta es atribuida a Dios. Si es por Dios, su capacidad de cuestionar se vuelve prácticamente nula, mientras que la ignorancia y la fe toman un lugar privilegiado por encima de la razón.

Pero eso no es novedad. Las religiones se han alimentado de la ignorancia a través de los tiempos. Esta historia esparcida por correos electrónicos, no es más que esparcir mentiras, para variar, en el nombre de Dios.

¿Dónde quedó el octavo mandamiento?

ACTUALIZACION:

Escarbando en el Youtube, me encontré con un video de Misterios Sin Resolver, en el cual se explica quién pudo haber sido el misterioso carpintero:



Definitivamente, no fue San Jose.