Acababa de salir del evento de William B. Davis y me hallaba caminando entre los puestos de venta, pensando si comprar algunos libros y stickers o comprar comida. Luego de 3 eventos ya me empezaba a sentir hambriento. Aun así, no sabía si comprar comida en el hotel o salir a buscar comida a la calle, a un mejor precio (la comida en el Marriot es onerosamente cara). Estaba tratando de solucionar el dilema cuando de pronto, allí estaba…
Richard Dawkins
En persona
Lo que me vino a la cabeza en ese momento es difícil de explicar. La admiración que siento por Dawkins al ser él un científico que no simplemente se queda en su laboratorio, sino que sale al mundo y le dice aquello que es cierto mientras combate la insensatez e ignorancia que otros tratan de hacer pasar como verdadera ciencia, es alucinante. Eso requiere valor. Eso requiere cojones.
Debo haber tenido una expresión que denotaba todo eso, pues alguien más que andaba por allí me dijo en Español “Es como ser un adolescente y estar en una convención de Star Wars y ver que Han Solo y Luke Skywalker son reales.” El entendía como me sentía. Le pedí que me tomara una foto con Dawkins, y yo luego tomaría la suya, a lo cual aceptó. Dawkins parecía estar apurado, pero aun así aceptó a tomarse la foto. Mi nuevo amigo no tuvo la misma suerte, pero ya tendría su oportunidad.
Luego de la foto con Dawkins me sentí bastante satisfecho, pero la convención apenas comenzaba. Seguí hablando con mi nuevo amigo sobre Dawkins y lo alucinante que es que lo conozcamos en persona. Luego me di cuenta que no era solamente un asistente, sinó un expositor. También estaba hambriento, así que fuimos a buscar algo para comer mientras seguíamos conversando.
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